Existen noches en las que el velo entre nuestro mundo y el de las sombras parece más fino. Halloween es solo un eco moderno de ese temor ancestral; un juego en el que nos disfrazamos de aquello que una vez nos aterró.
Pero, ¿y si les dijera que no hace tanto, en nuestra propia geografía, los monstruos eran de carne y hueso?
¿Que el terror no era un disfraz, sino el silencio repentino en una venta, el eco de una pisada en el camino al atardecer o el frío de un cañón apoyado en la sien?
Hablo de un tiempo en que España era un mapa de miedos. Un territorio donde viajar era una apuesta. Y en ese mapa, el monstruo tenía un nombre claro: el bandolero.
Imaginemos por un momento la España de 1840. Un país que se lamía las heridas de varias guerras, con un Estado débil y caminos que no pertenecían a nadie. La oscuridad no era solo la ausencia de luz; era un territorio gobernado por otros.
El bandolerismo no era simple delincuencia. Era un poder paralelo.
En la encrucijada de Sierra Morena, reinaba una leyenda que se comía a los hombres: José María «El Tempranillo». Más que un ladrón, era un mito que cobraba peaje a la vida misma. Se decía que controlaba cada paso que se daba desde Andalucía hasta la Mancha.
Pero el eco de ese terror resonaba en todos los rincones. No hay que irse tan lejos.
En el Levante, en las fértiles tierras de la Ribera, la pesadilla tenía otro nombre: Josep Eixeres, alias «Camot».
«Camot» no era un bandido romántico de los que cantan los ciegos. Era el terror de las masías. La sombra que acechaba entre los naranjos, conocido por su crueldad y sus asaltos violentos en la zona de Alzira y Carcaixent. Su guarida en la Muntanya del Cavall era el «castillo» del que hablaban las madres para asustar a sus hijos; un lugar real donde se escondía el miedo.
Esta estirpe oscura, la de los «monstruos del camino», se extendería durante décadas, dejando un rastro de sangre y leyendas, hasta llegar a sus últimos representantes, como «Pasos Largos», el último gran bandolero de la Serranía de Ronda.
Un hombre cuya leyenda solo se apagaría, precisamente, bajo el fuego de los que nacieron para cazarlos.

Es fácil caer en el romanticismo. Las canciones populares y las leyendas han pintado a menudo al bandolero como una especie de «Robin Hood» ibérico, un rebelde generoso que robaba al rico para dárselo al pobre.
La realidad, sin embargo, era infinitamente más oscura.
Este «terror» no era un fenómeno aislado en Sierra Morena. Era una plaga que recorría la península. En La Mancha, la sombra de Francisco Sánchez, «El Tío Camuñas», se proyectaba sobre los caminos reales, un antiguo guerrillero de la Independencia convertido en el terror de los viajeros. En Aragón, Mariano Gavín, «Cucaracha», se convirtió en la pesadilla de los Monegros, un hombre cuya violencia era tan notoria que su propia leyenda se tiñó de sangre. Y en las sierras de Cataluña, se recordaban las hazañas brutales de «hombres de la noche» que hacían la vida imposible. Especialmente aterrador fuéJosé Ulloa Navarro, «Tragabuches», cuya entrada al bandolerismo es una auténtica historia de terror. Fue un torero de la escuela de Ronda al que la traición convirtió en asesino. La leyenda, que hiela la sangre, cuenta que, tras descubrir a su esposa con un sacristán, su furia fue bíblica: mató a ambos, arrojó el cuerpo del amante por la ventana y huyó a la sierra. Su único refugio fue el crimen, donde su nombre se convirtió en sinónimo de peligro.
El mito del «bandido bueno» se desvanece al examinar los archivos. Sus golpes no buscaban justicia, buscaban fortunas. El legendario asalto al Correo de Andalucía en 1832, una operación casi militar atribuida a la órbita de «El Tempranillo», se saldó con un botín de más de 600.000 reales de vellón. Una cifra astronómica para la época, capaz de comprar un regimiento entero.
Pero el verdadero horror no estaba en la cifra, sino en los métodos. La violencia era su firma. Cuando bandas como la del valenciano «Camot» asaltaban una masía aislada, el verdadero terror empezaba. Hay crónicas que hielan la sangre, que hablan de torturas documentadas para «arrancar» la confesión del escondite del dinero. Prácticas atroces, como «calentar» los pies de los labradores en las brasas de su propio hogar hasta que confesaban dónde guardaban sus ahorros.
No eran justicieros; eran el terror en estado puro, una amenaza nacional que exigía una respuesta nacional.
El caos no podía ser eterno. Y como siempre ocurre en la historia, cuando la sombra se hace demasiado densa, el ser humano invoca una forma de luz.
En 1844, la respuesta a ese miedo ancestral no fue un conjuro. Fue un Decreto.
Cuando el Duque de Ahumada funda la Guardia Civil, no está creando solo un cuerpo policial. Está diseñando algo más profundo. Está invocando un símbolo.
Frente al rostro cubierto del bandolero, ellos ofrecen la cara descubierta. Frente al caos y la emboscada, la disciplina y el honor. Frente al terror del trabuco oculto en la maleza, ellos implantan algo nuevo: la presencia.
¿Se han fijado en su primer uniforme? El tricornio y el capote negro. Es fascinante. Se visten con el color de la noche, pero lo hacen para dominarla.
Y, sobre todo, «La Pareja». Siempre dos.
Esa silueta doble, recortada contra la luna en un camino de Extremadura o en un cruce de caminos de Valencia, se convirtió en el antídoto contra el miedo. Eran el faro de autoridad en mitad de la nada.
Su misión era sencilla, casi mística: «limpiar los caminos». Proteger al viajero. Estar donde nadie más se atrevía a estar.
La Guardia Civil nació para enfrentarse a los monstruos reales de su tiempo. Y los venció. El bandolerismo, ese terror que parecía parte del paisaje español, se disolvió ante su presencia constante.
Hoy, casi dos siglos después, los monstruos han cambiado.
Ya no se ocultan en la sierra con un trabuco. Se esconden en la arquitectura invisible de la red, en el doble fondo de un contenedor, en la compleja telaraña de la delincuencia financiera o tras la violencia más irracional. Son más sofisticados, pero el eco de aquella primera misión sigue intacto.
Ese eco es, quizás, lo que sientes tú, el opositor.
Esa llamada a ser el guardián. La vocación de enfrentarte a la «oscuridad» del siglo XXI, sea cual sea la forma que adopte.
El primer «monstruo» en tu camino es este temario, son los psicotécnicos, es la prueba física, es la entrevista. Las oposiciones a Guardia Civil son la puerta de entrada a esa historia.
En Oposiciones Guardia Civil Web no solo te preparamos para un examen. Te preparamos para que te conviertas en el guardián.
Para que recojas el testigo de aquellos que, hace 180 años, decidieron que los monstruos no iban a ganar la partida.
Disfrutad de un ¡Feliz Halloween 2025! Y este Día de Todos los Santos, un momento de pausa y respeto para honrar la memoria y el legado de todos los que nos precedieron.
En Oposiciones Guardia Civil Web vemos cada año el mismo fenómeno: opositores muy bien preparados caen por una tilde traicionera, una h que se cuela donde no toca o un latinismo que ya nadie usa en la calle. La prueba de ortografía no busca que cites a Nebrija; mide rapidez, limpieza y reflejos ante trampas reales. En 2019 se rozó el esperpento con frases llenas de términos rarísimos; desde entonces el examen se ha moderado, pero sigue penalizando el despiste con mano dura. Por eso conviene entrenar con palabras auténticas de examen y aprender su «trampa» habitual.
Más contexto que conviene recordar: en distintos años han surgido polémicas por grafías admitidas por la RAE pero poco usadas, como chavola, o por confusiones como jabeque/javeque que llevaron a anular ítems concretos. Son excepciones; lo normal es que el fallo sea nuestro por prisas o por no haber «visto» esa familia de palabras lo suficiente.
Bonus actuales muy típicos: opiáceos (2022)/opíaceos, cocaína (2022)/cocaina, rehizo (2022)/rehízo, legionarios (2022)/lejionarios, ungüento (2022)/hungüento, labios (2022)/lavios, sorbía (2022)/sorvía, bisnieto (2022)/visnieto.
1) Dos pasadas, dos objetivos.Primera pasada rápida para cazar errores claros (b/v, g/j, h fantasma, tildes evidentes). Segunda pasada lenta solo sobre lo dudoso. Marca en el borrador con un ✓ (seguro), ? (duda) y ✗ (error) y decide al final con la cabeza fría.
2) Juega en equipo con las «familias».Aprende palabras por raíces y derivados: adquirir → adquisición → adquirente; sujetar → sujeción; conmover → conmovido. Si la raíz te suena, la grafía «pide» su forma correcta.
3) Reglas relámpago que quitan muchos fallos.
4) Los pares que más te tienden trampas.v/b (obvio, no ovbio), g/j (gerente, no jerente; histriónico, no istriónico), c/s/z (específico, no expecífico), ll/y (subyugó, no subllugó), x/s (exceso, no esceso).
5) Tildes: gana por sistema.
6) Latinismos y cultismos: prudencia.Si dudan tus ojos, aplica descarte: la grafía castellanizada o la clásica aceptada por la RAE existe, pero el examen suele proponer barbarismos evidentes para pescar prisas. No inventes tildes ni dobles consonantes raras.
7) Pronuncia en la cabeza.«Escucha» la palabra al leer: separar sílabas mentales destapa errores como su-je-ción (y no sujección), e-bu-lli-ción (doble l), ca-chi-va-che (con v).
8) Elimina ruido visual.Las faltas típicas meten letras extra: commovió, esceso, hubicó. Si ves doble consonante o h intercalada sin razón, sospecha.
9) Entrena como compites.Haz simulacros cronometrados con listas «sucias» (mezcla fáciles y raras), corrige al instante y crea tu glosario personal de palabras que siempre te hacen dudar. Repite hasta que dejen de sonar extrañas.
10) Micro-hábitos que suman.Escribe a mano una mini-lista diaria de 10-15 palabras conflictivas; alterna dictado y autocorrección; y cada semana revisa solo tus errores recurrentes. Menos cantidad, más intención.
11) Gestión del tiempo sin heroísmos.No te cases con una duda. Si una palabra te roba demasiados segundos, márcala y sigue. Volver con la cabeza despejada suele darte la respuesta correcta.
12) Día D: orden y calma.Lee las instrucciones, respira, y aplica el mismo protocolo que en tus entrenamientos. La ortografía no premia genialidades: premia rutina y método.
La frontera entre apto y no apto no es suerte: es exposición a las familias de palabras que caen y entrenamiento con reloj. Practica con listas como esta, añade simulacros cronometrados y repasa patrones de v/b, g/j, h, x/s, ll/y y tildes. Cuando aboquillado, facsímil o cónyuge ya no te hacen dudar, estás más cerca de la plaza. En nuestra preparación trabajamos este bloque con ítems calcados de examen y corrección inmediata: precisión hoy, tranquilidad el día D.
En Oposiciones Guardia Civil sabemos que, cuando decides prepararte para ingresar en el cuerpo, no solo estudias un temario: también te acercas a casi dos siglos de historia, tradición y símbolos que forman parte de la identidad de España. La Guardia Civil, fundada en 1844 por el Duque de Ahumada, es mucho más que un uniforme verde y un tricornio: es presencia en los pueblos pequeños, en las carreteras, en aeropuertos, en las costas y hasta en misiones internacionales, bajo bandera de Naciones Unidas o de la Unión Europea.
A lo largo de estos casi doscientos años, la institución ha acumulado infinidad de anécdotas, cambios y curiosidades que rara vez aparecen en los manuales. Y sin embargo, conocerlas ayuda a entender mejor el espíritu de un cuerpo que se ha mantenido firme, adaptándose a cada época sin perder su esencia.
Por eso hoy queremos compartir contigo 10 curiosidades históricas de la Guardia Civil que, como opositor o futuro guardia, te harán mirar este uniforme con otros ojos.
El cuerpo se fundó oficialmente el 28 de marzo de 1844. Todo correcto… hasta que el propio Duque de Ahumada, que era el cerebro de la idea, dijo que aquello no estaba bien definido y pidió repetirlo. Así que en mayo se volvió a sacar un decreto nuevo. En la práctica, la Guardia Civil tiene dos cumpleaños en el mismo año, como si hubiera necesitado un «segundo intento» para arrancar.
Francisco Javier Girón y Ezpeleta, más conocido como el Duque de Ahumada, nació en Pamplona en 1803. Militar de carrera, con experiencia en guerras carlistas, fue quien dio forma a la Guardia Civil. Quería un cuerpo disciplinado, con fuerte arraigo en el mundo rural, porque ahí es donde el Estado tenía menos presencia. Lo curioso es que, siendo navarro, acabó diseñando una institución que se extendió por todo el país.
A la Guardia Civil la llamamos «la Benemérita», pero no es un mote popular inventado por la gente. En 1929 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Beneficencia, por sus servicios en catástrofes, inundaciones y rescates. Ese reconocimiento oficializó el término. Desde entonces, ser «benemérito» ya no era una etiqueta simpática, sino un título ganado a pulso.
Hoy el verde está tan asociado a la Guardia Civil que parece que lo llevaron siempre. Pues no: en el XIX vestían de azul oscuro, tanto que en fotos antiguas cuesta distinguirlos de la infantería. El verde empezó a usarse en capas para el campo y no se generalizó hasta bien entrado el siglo XX. Y ojo: el cambio no fue moda, fue pura practicidad, porque en el monte el verde camuflaba mucho mejor.
El Duque de Ahumada decidió que el tricornio iba a ser parte del uniforme. Al principio solo para la caballería, pero luego se lo endosaron todos. Era un sombrero que ya no usaba nadie en Europa, parecía un anacronismo, y fue objeto de coplas y chistes. Y sin embargo, con los años se convirtió en un icono inconfundible. Hoy se ve menos en servicio, pero sigue siendo la imagen más reconocible del cuerpo.

En 1845 se aprobó una Real Orden que obligaba a los guardias a llevar bigote. No era estética, era cuestión de «presencia». Durante décadas fue parte del uniforme igual que el tricornio. Quien quisiera ser guardia, tenía que dejarse bigote sí o sí. La norma se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Hoy nos puede parecer una excentricidad, pero en aquella época el bigote era sinónimo de autoridad. En la foto, José Aranguren un general de la Guardia Civil, fusilado por mantenerse fiel a la República durante la guerra civil española.
Los primeros guardias usaban un escudo con las letras «G» y «C» coronadas. En 1943 se decidió modernizarlo: nació el emblema actual, la espada cruzada con el haz de lictores. El cambio fue un símbolo de renovación y también una forma de diferenciarse de otros cuerpos militares. El de ahora es el que cualquiera reconoce en la solapa o en los coches patrulla.
Cuando empezó, en 1844, la Guardia Civil tenía 5.769 efectivos. Un cuerpo pequeño para un país tan grande, pero suficiente para empezar a vigilar caminos y pueblos. Hoy la cifra ronda los 77.000. En menos de dos siglos ha pasado de ser una fuerza testimonial a tener presencia en cada rincón del país, e incluso fuera de España en misiones internacionales.

Hubo que esperar hasta 1988 para que las primeras mujeres pudieran ingresar. Fueron 197 las que se presentaron a la Academia de Baeza aquel año. Al principio eran minoría y tenían que soportar recelos, pero con el tiempo demostraron que podían estar en cualquier especialidad: tráfico, montaña, investigación criminal. Hoy su presencia es normal, pero hace 35 años fue toda una revolución.
No todo el mundo lo sabe, pero la Guardia Civil tiene un teléfono específico y confidencial para denunciar amenazas terroristas: el 900 100 062. Es gratuito y no aparece tanto en campañas como el 091 o el 112, pero lleva años funcionando como línea directa para avisos sensibles. Un detalle curioso que demuestra que la institución también guarda sus propios recursos menos conocidos.
La Guardia Civil es mucho más que una institución con uniforme verde. Detrás hay casi dos siglos de historia, con normas curiosas como la del bigote obligatorio, símbolos que en su día parecían anticuados y acabaron convertidos en iconos, e incluso teléfonos secretos para casos delicados. Conocer estas anécdotas es también una forma de entender el espíritu de un cuerpo que sigue muy presente en la vida cotidiana de los españoles. Y si estás dando el paso de prepararte para formar parte de esta historia, en nuestra academia oposiciones Guardia Civil encontrarás la guía y el apoyo necesarios para conseguirlo.
Imágenes con licencia CC-BY-SA, del archivo de la Guardia Civil.
¿Sabías que al aprobar las oposiciones a Guardia Civil se te abre un mundo de oportunidades más allá de la seguridad ciudadana? Convertirse en guardia civil no solo significa llevar el uniforme y proteger a los ciudadanos: significa también poder orientar tu carrera hacia áreas muy concretas, conocidas como especialidades.
En este artículo te explicamos cuáles son las principales especialidades de la Guardia Civil, en qué consisten y por qué son una motivación extra a la hora de preparar con seriedad tu oposición.
Las especialidades son unidades o servicios específicos a los que un guardia civil puede acceder tras un tiempo de experiencia y formación interna. Permiten desarrollar una carrera profesional enfocada a campos muy concretos: tráfico, montaña, investigación, ciberseguridad, naturaleza, etc.
Para poder acceder a ellas, el primer paso siempre es el mismo: superar las oposiciones a Guardia Civil y completar el periodo de formación inicial en la academia.
Aunque tradicionalmente se hablaba de «16 especialidades», la realidad es que en la actualidad existen más de 20. La lista es amplia y muy variada, lo que permite que cada guardia civil encuentre su sitio según sus intereses y capacidades.
Algunas de las más destacadas son:
Tráfico: encargados de la vigilancia y regulación de las carreteras.
Servicio de Montaña (GREIM): rescates en alta montaña y entornos de difícil acceso.
Servicio Marítimo: vigilancia de costas y operaciones en el mar.
GEAS: especialistas en actividades subacuáticas y rescate en medios acuáticos.
SEPRONA: protección de la naturaleza y el medio ambiente.
Policía Judicial: investigación de delitos graves y cibercriminalidad.
Grupo de Acción Rápida (GAR) y UEI: unidades de élite para situaciones extremas.
G.R.S.: control de orden público en grandes concentraciones y eventos.
Ciberseguridad (Delitos Telemáticos): investigación de delitos en Internet.
Intervención de Armas y Explosivos (IAE/TEDAX): control y desactivación de explosivos.
Cinológico: guías caninos especializados en búsqueda, drogas, explosivos o rescates.
Fiscal y Fronteras: vigilancia de puertos, aeropuertos y aduanas.
Servicio Aéreo: pilotos y tripulantes de helicópteros para operaciones de apoyo.
Criminalística: análisis científico y forense de pruebas.
Unidad de Mujer-Menor (EMUME): delitos específicos contra mujeres y menores.
A estas se suman otras especialidades de apoyo como Automovilismo, Armamento y Equipamiento Policial, Subsuelo o Información.
Para poder optar a cualquiera de estas especialidades es imprescindible haber pasado previamente por el periodo de servicio general. Después, la Guardia Civil convoca cursos internos de especialización a los que se accede mediante un proceso selectivo.
Por eso, el primer objetivo es aprobar la oposición a Guardia Civil y obtener tu plaza. Sin ese paso previo no podrás acceder a estas unidades tan demandadas.
Conocer las especialidades ayuda a muchos aspirantes a visualizar su futuro dentro del Cuerpo. No todos quieren la misma trayectoria: algunos sueñan con pilotar helicópteros, otros con bucear, otros con trabajar en ciberseguridad.
En Oposiciones Guardia Civil te preparamos para que puedas dar el primer paso. Nuestros cursos online y presenciales están diseñados para que superes con éxito cada prueba del proceso selectivo: conocimientos, psicotécnicos, pruebas físicas y entrevista personal.
Si tu sueño es vestir el uniforme y, más adelante, poder especializarte en alguna de estas áreas, empieza por lo esencial: formarte y aprobar tu oposición.
En nuestra web encontrarás toda la información sobre los cursos y programas de preparación. El camino comienza con un primer paso, y nosotros podemos acompañarte hasta llegar a la meta.
Preparar las oposiciones a Guardia Civil implica enfrentarse a un temario amplio y exigente. Muchos aspirantes se frustran al ver que, aunque estudian durante horas, la información parece esfumarse de la cabeza al día siguiente. La clave está en cómo estudias, no solo en cuánto estudias. Aquí te dejamos algunas de las mejores técnicas de memorización que te ayudarán a retener el temario con más facilidad y, sobre todo, con más confianza.
Transforma los conceptos en una historia visual o una secuencia absurda que tenga sentido para ti. Por ejemplo, si tienes que memorizar una lista de derechos fundamentales, imagina una situación loca que los incluya todos. Cuanto más exagerada y visual sea, más fácil será recordarla.
Organiza los temas en un mapa mental con dibujos, flechas y colores. Esta técnica activa tu memoria visual y te permite ver las conexiones entre conceptos. Ideal para temas como Derecho Constitucional o estructura de la Guardia Civil.
Asocia cada concepto del temario con un lugar de tu casa o un recorrido que conozcas bien. Por ejemplo, en la cocina puedes «colocar» el Código Penal y en el salón los principios básicos de actuación. Luego, repasa ese recorrido mentalmente cada día.
Explícale un tema a alguien como si no supiera nada. Cuando puedes explicarlo con palabras sencillas, es porque realmente lo has entendido. Si te cuesta, es que necesitas repasarlo mejor. Usa esta técnica especialmente con temas complejos como la jurisdicción o el procedimiento sancionador.
Usa tarjetas físicas o apps como Anki para repasar conceptos clave en formato pregunta-respuesta. Esta técnica es perfecta para fechas, definiciones o artículos de leyes. Repite a intervalos espaciados (Spaced Repetition) para fijarlo todo en tu memoria a largo plazo.
En lugar de releer el temario sin más, pregúntate a ti mismo continuamente: «¿Qué recuerdo de este tema?». Oblígate a recuperar la información de tu memoria. Esto refuerza las conexiones neuronales mucho más que una lectura pasiva.
Asigna colores a cada bloque temático del temario y usa símbolos visuales (☑️⚖️🚓) para asociar ideas. Esto te ayuda a localizar rápidamente los conceptos cuando los necesitas, y tu cerebro trabaja mejor con elementos visuales que con páginas en blanco y negro.
No es cuestión de tener «buena memoria», sino de usar estrategias inteligentes que te ayuden a retener el temario oficial sin saturarte. Combina estas técnicas y descubre cuál te funciona mejor. Y recuerda: la constancia y la técnica son más poderosas que las horas sin rumbo frente al libro.
Si estás decidido a conseguir tu plaza, te ayudamos en cada paso del camino. Descubre todos nuestros recursos y consejos en nuestra web especializada en oposiciones Guardia Civil.
Los controles de alcoholemia son una herramienta esencial para garantizar la seguridad vial, pero a menudo generan muchas dudas entre conductores y usuarios de la vía: ¿quién puede hacerlos?, ¿afectan también a quienes van en bici o patinete?, ¿qué ocurre si das positivo?
En este blog repasamos de forma clara y actualizada cómo funcionan los controles de alcoholemia en 2025, quién puede realizarlos, qué límites están establecidos por ley y qué derechos y opciones tienes como ciudadano si te enfrentas a uno.
Tanto la Guardia Civil de Tráfico como los distintos cuerpos de Policía (nacional, autonómica o local) están habilitados para realizar controles de alcoholemia en España.
La competencia depende del lugar:
En cualquier caso, todos ellos pueden detener un vehículo y someter a su conductor a un control si hay indicios de conducción bajo los efectos del alcohol o dentro de un control rutinario.
Sí. Ciclistas y usuarios de patinetes eléctricos también están obligados a someterse a una prueba de alcoholemia si las autoridades lo requieren.
A día de hoy, las tasas de alcoholemia en España para el año 2025 no han cambiado respecto a años anteriores, y se mantienen así:
|
Tipo de conductor |
Límite en aire espirado |
Límite en sangre |
|
Conductores generales |
0,25 mg/l |
0,5 g/l |
|
Conductores noveles (menos de 2 años de carnet) |
0,15 mg/l |
0,3 g/l |
|
Conductores profesionales |
0,15 mg/l |
0,3 g/l |
Si das positivo, lo habitual es que el agente te indique que vas a realizar una segunda prueba pasados 10 minutos, utilizando un etilómetro de precisión (más fiable que el aparato portátil inicial).
En esta segunda medición:
Además, puedes solicitar voluntariamente un análisis de sangre si no estás de acuerdo con el resultado del test. Eso sí, el coste de la prueba corre por tu cuenta si vuelve a confirmar el positivo.
No. Negarse a realizar un control de alcoholemia está considerado como delito contra la seguridad vial, recogido en el artículo 383 del Código Penal.
La negativa puede conllevar:
Sí. Aunque no hayas cometido ninguna infracción, puedes ser requerido para un control de alcoholemia. Esto ocurre especialmente en controles preventivos aleatorios, organizados con el objetivo de reducir los accidentes y disuadir el consumo de alcohol al volante.
En estos casos, los agentes no necesitan que hayas infringido ninguna norma para solicitarte la prueba. Simplemente estar en un punto de control ya implica la obligación de colaborar.
La respuesta no es absoluta y depende de las circunstancias específicas del caso.
Si estás dentro de un vehículo correctamente estacionado, con el motor apagado, y no hay indicios de que hayas conducido bajo los efectos del alcohol, no deberían someterte a un control de alcoholemia.
Por ejemplo, en un caso reciente en Bilbao, se retiraron las sanciones impuestas a un conductor que se encontraba ebrio dentro de su coche estacionado, ya que no se pudo demostrar que hubiera conducido en ese estado.
Si existen indicios razonables de que has conducido bajo los efectos del alcohol, los agentes pueden someterte a la prueba, incluso si el vehículo está estacionado.
Estos indicios pueden incluir:
Testimonios de testigos que te hayan visto conducir.
Grabaciones de cámaras de seguridad.
El estado del motor (por ejemplo, si está caliente).
Tu propia confesión.
En estos casos, la prueba de alcoholemia puede ser válida y derivar en sanciones.
El Tribunal Supremo ha establecido que para que exista delito de alcoholemia, debe haber una acción de conducción, es decir, el vehículo debe haberse movido, aunque sea mínimamente. Empujar un coche con el motor apagado no se considera conducción.
En otro caso, un conductor fue absuelto por negarse a realizar un test de alcoholemia, ya que el coche aún estaba aparcado y no se pudo demostrar que hubiera conducido.
Estar dentro de un coche estacionado y con el motor apagado no implica automáticamente que te puedan hacer un control de alcoholemia. Sin embargo, si hay indicios de que has conducido bajo los efectos del alcohol, los agentes están autorizados a realizar la prueba.
Si te enfrentas a una situación similar, es recomendable colaborar con los agentes y, si consideras que tus derechos han sido vulnerados, consultar con un abogado especializado para valorar la posibilidad de recurrir la sanción.
Sí, aunque no suelen provocar un resultado falso positivo directamente, ciertos medicamentos pueden afectar al comportamiento del conductor o modificar la absorción del alcohol en sangre.
Entre los fármacos que pueden alterar el metabolismo del alcohol o potenciar sus efectos están:
En todos los casos, si estás en tratamiento médico, es recomendable leer bien el prospecto y consultar si puede interferir en la conducción o potenciar el efecto del alcohol.
Los controles de alcoholemia tienen un objetivo claro: prevenir accidentes y salvar vidas. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), el alcohol sigue siendo una de las principales causas de siniestros en carretera. Incluso cantidades pequeñas pueden afectar la capacidad de reacción, concentración o coordinación.
Estudios indican que con una tasa de solo 0,3 g/l ya se incrementa significativamente el riesgo de accidente. Por eso, la ley es tan estricta con los límites permitidos, y por eso también los controles se realizan de forma frecuente y aleatoria, para disuadir el consumo antes de ponerse al volante.
Los controles no tienen una hora exacta, pero sí hay momentos en los que son más comunes:
También es habitual verlos en accesos a eventos multitudinarios, fiestas locales o carreteras con altos índices de siniestralidad.
En casos justificados (problemas respiratorios, enfermedades pulmonares, crisis de ansiedad, etc.), si no puedes realizar la prueba con el etilómetro, los agentes pueden derivar directamente al análisis de sangre.
Es importante que puedas acreditar médicamente tu situación en el momento del control o lo antes posible. Si no puedes demostrar que había un impedimento real, la negativa se considerará delito.
Los controles también aplican a conductores extranjeros que circulen por España, tanto turistas como residentes temporales. Si das positivo:
Informarse y conocer las normas que regulan los controles de alcoholemia no solo evita sanciones, también salva vidas. Ya sea al volante, en bicicleta o sobre un patinete, actuar con responsabilidad es siempre la mejor elección.
El 28 de abril de 2025, a las 12:33 horas, un apagón eléctrico sin precedentes sumió a la península ibérica en la oscuridad. Este evento afectó a España, Portugal, Andorra y partes del sur de Francia, dejando a millones de personas sin suministro eléctrico durante horas. Las infraestructuras críticas, como hospitales, sistemas de transporte y comunicaciones, se vieron gravemente comprometidas, generando una situación de emergencia nacional.
Ante esta crisis, el Ministerio del Interior desplegó un total de 30.000 agentes, distribuidos equitativamente entre la Policía Nacional y la Guardia Civil, para garantizar el orden público y la seguridad ciudadana en todo el territorio nacional. Este despliegue masivo fue parte de una estrategia coordinada para prevenir incidentes y asistir a la población afectada por el apagón . En medio del caos, la Guardia Civil desempeñó un papel crucial para garantizar la seguridad y asistir a la población afectada.
Durante el Apagón de 2025, la Guardia Civil trabajó incansable para mantener la seguridad de los ciudadanos. Algunos de los casos más impactantes son estos:
El 28 de abril de 2025, un tren de alta velocidad que cubría la ruta Madrid-Valencia quedó detenido entre las localidades valencianas de Picanya y Xirivella debido al apagón eléctrico masivo. La Guardia Civil intervino para evacuar a los 390 pasajeros atrapados, utilizando cuerdas para facilitar el descenso en una zona de difícil acceso. Los pasajeros permanecieron en el tren durante más de cuatro horas hasta que fueron trasladados en autobuses a la estación de Joaquín Sorolla en Valencia .
En la localidad leonesa de Bembibre, un tren con 280 pasajeros quedó varado en las vías debido al corte de suministro eléctrico. La Guardia Civil coordinó la evacuación de los pasajeros, quienes fueron trasladados en ambulancias con el apoyo de patrullas de seguridad ciudadana y la colaboración de vecinos de la zona .
En Pravia, Asturias, la Guardia Civil, junto con efectivos de bomberos, asistió a 25 ancianos en un geriátrico que quedaron atrapados en sus habitaciones debido a la falta de electricidad y al fallo de los ascensores. Los agentes ayudaron a trasladar a los residentes por las escaleras hasta sus lugares de descanso, asegurando su bienestar durante el apagón .
En La Rioja, más de 740 agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional fueron desplegados para garantizar la seguridad durante el apagón. Las autoridades destacaron que la noche transcurrió con «normalidad absoluta» y sin incidentes destacables, gracias al esfuerzo y coordinación de las fuerzas de seguridad.
La Guardia Civil en la provincia de Huelva prestó apoyo a residencias de ancianos y colectivos vulnerables durante el apagón eléctrico. Los agentes reforzaron los servicios de seguridad y evitaron posibles actos de pillaje, asegurando la protección de los ciudadanos más afectados por la falta de suministro eléctrico.
El Gran Apagón de 2025 puso a prueba la resiliencia de la sociedad y la eficacia de sus instituciones. La Guardia Civil demostró ser un pilar fundamental en la gestión de crisis, actuando con profesionalismo y compromiso. Si sientes la vocación de servir y proteger, considera formar parte de este cuerpo. Las oposiciones a la Guardia Civil están abiertas para aquellos que desean marcar la diferencia en momentos cruciales.
En los senderos ocultos del monte, entre pinares y riachuelos, no es raro cruzarse con figuras uniformadas que velan por la salud de nuestros ecosistemas. Sin embargo, a ojos del ciudadano común, muchas veces se confunden. ¿Quiénes son realmente esos guardianes del entorno natural? ¿Agentes Forestales o miembros del SEPRONA?
La confusión es comprensible: ambos cuerpos se mueven en los mismos escenarios, con objetivos similares —la protección del medio ambiente— y comparten una imagen de autoridad cercana al ámbito rural. Pero bajo esa apariencia común se esconden diferencias fundamentales: en competencias, formación, jurisdicción y hasta en el uniforme.
Desenredar esta maraña de similitudes es clave para comprender cómo funciona la defensa del medio natural en España. Y, para quienes sienten la llamada de servir en esa primera línea ecológica, es también el primer paso para decidir qué camino seguir: ¿convertirse en Agente Forestal o en Guardia Civil del SEPRONA?
La confusión entre Agentes Forestales y el SEPRONA no es casual, sino producto de una superposición de funciones que se entrelazan en un mismo escenario: la defensa del medio ambiente. Ambos cuerpos operan en entornos naturales, persiguen delitos medioambientales y protegen la biodiversidad. Sin embargo, no son lo mismo.
El ciudadano, al cruzarse con una patrulla en un sendero rural o en plena montaña, no suele fijarse en el escudo del uniforme o la nomenclatura exacta del cuerpo al que pertenece. Solo ve a una figura de autoridad en medio de la naturaleza. Pero tras esa imagen similar se esconden trayectorias formativas, competencias jurídicas y funciones operativas completamente diferentes.
Aunque ambos cuerpos trabajan en la protección del medio ambiente, sus funciones y naturaleza jurídica son distintas. Los Agentes Forestales son funcionarios autonómicos con un enfoque técnico y preventivo. El SEPRONA, en cambio, es una unidad de la Guardia Civil con competencias penales y de investigación.
Funciones del Agente Forestal:
Funciones del SEPRONA:
A simple vista, pueden parecer iguales. Pero el ojo entrenado detecta claras distinciones.
Los Agentes Forestales suelen vestir de verde oliva o marrón, con insignias propias de su comunidad autónoma. Llevan emblemas autonómicos, y en muchos casos portan un sombrero característico, herencia de los antiguos guardabosques. En sus vehículos oficiales se puede leer “Agente Medioambiental” o “Agente Forestal”, según la región.
El SEPRONA, en cambio, viste el clásico uniforme verde de la Guardia Civil, acompañado de su tricornio o gorra reglamentaria. Sus emblemas son estatales, con el escudo de la Guardia Civil bien visible en el pecho. Sus coches lucen los colores y distintivos típicos del Instituto Armado.
El Agente Forestal se mueve mayoritariamente dentro de los límites de su comunidad autónoma. Conoce cada paraje, cada rincón, cada sendero olvidado. Su presencia es constante y cercana. Son los ojos y oídos del monte.
El SEPRONA tiene competencias en todo el territorio nacional. Puede actuar en cualquier lugar de España, incluso fuera del ámbito estrictamente natural si hay un delito ecológico de por medio. Además, coopera a nivel internacional en la lucha contra redes criminales de tráfico de especies o residuos.
Lejos de competir, SEPRONA y Agentes Forestales trabajan en simbiosis. Cuando un Agente Forestal detecta un posible delito, informa al SEPRONA para que investigue. Y viceversa, el SEPRONA recurre a la experiencia del Agente Forestal cuando necesita interpretar datos medioambientales o reconocer especies protegidas.
Esta colaboración fortalece la red de protección natural del país. Son piezas complementarias de un mismo engranaje, con una coordinación que salva hábitats, detiene talas ilegales y desmantela vertederos encubiertos.
La senda formativa para llegar a uno u otro cuerpo es distinta.
Para ser Agente Forestal, es necesario superar una oposición autonómica, que varía según cada comunidad. Incluye pruebas físicas, conocimientos específicos sobre medio ambiente, legislación y, en ocasiones, pruebas prácticas de campo.
Por otro lado, para ingresar al SEPRONA es imprescindible primero ser Guardia Civil. Esto requiere superar las oposiciones a Guardia Civil, con pruebas físicas exigentes, test psicotécnicos, conocimientos generales, y una formación intensiva en la academia. Una vez dentro del cuerpo, se puede solicitar el ingreso en la especialidad del SEPRONA, previa formación complementaria.
Proteger la naturaleza no es solo un acto de amor, es también una vocación profesional. Convertirse en Guardia Civil y formar parte del SEPRONA es abrirse camino hacia una vida en defensa de lo que no tiene voz: los ríos, los bosques, los animales.
Empezar un proceso de estudio en nuestro sitio web es el punto de partida de la protección del medio ambiente. Porque cada árbol talado sin control, cada incendio intencionado o cada vertido tóxico, necesita a alguien que esté dispuesto a intervenir. Y ese alguien puedes ser tú. Contacta ahora con nosotros.
La Guardia Civil es una institución fundamental en España, encargada de garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. Para aquellos interesados en formar parte de este cuerpo, las oposiciones a la Guardia Civil representan el primer paso hacia una carrera llena de desafíos y satisfacciones. Entre las diversas especialidades que ofrece, destaca el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), dedicado a la defensa y conservación del medio ambiente.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) es una unidad especializada de la Guardia Civil de España, cuya misión principal es velar por la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Creado el 21 de junio de 1988, el SEPRONA se encarga de garantizar el cumplimiento de las normativas relacionadas con la protección de los recursos hídricos, la riqueza cinegética, piscícola y forestal, así como de cualquier otra actividad vinculada al entorno natural. Además, tiene la responsabilidad de investigar y perseguir actos que atenten contra el patrimonio histórico y cultural en áreas rurales.
Las funciones del SEPRONA son amplias y abarcan diversos ámbitos. Entre sus cometidos se encuentran la protección del suelo, agua y atmósfera; la vigilancia de la sanidad animal; y la conservación de especies de flora y fauna. Asimismo, lucha contra vertidos y contaminaciones ambientales, combate el comercio ilegal de especies protegidas y supervisa las actividades cinegéticas y de pesca para asegurar su legalidad. El SEPRONA también desempeña un papel crucial en la defensa de los espacios naturales y en la prevención, investigación y extinción de incendios forestales. Para llevar a cabo estas tareas, sus agentes trabajan en estrecha colaboración con otras instituciones y organismos, tanto a nivel nacional como internacional, con el objetivo de preservar el patrimonio natural y garantizar un medio ambiente saludable para las generaciones presentes y futuras.
La protección del medio ambiente ha sido una preocupación constante en la historia de la Guardia Civil. Ya en la «Cartilla del Guardia Civil» de 1845, se incluían capítulos dedicados a la caza, la pesca y la vigilancia de montes y áreas rurales, evidenciando una temprana conciencia ecológica. Posteriormente, el 7 de junio de 1876, se asignó al Cuerpo la responsabilidad de la seguridad y policía rural y forestal, consolidando su papel en la custodia del entorno natural. Sin embargo, fue el 21 de junio de 1988 cuando, mediante la Orden General número 72, se creó oficialmente el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), respondiendo al mandato constitucional de garantizar a los ciudadanos un medio ambiente adecuado y el deber de conservarlo.
Desde su establecimiento, el SEPRONA ha llevado a cabo numerosas intervenciones destacadas que reflejan su compromiso con la protección ambiental. Entre ellas, la «Operación Thunderbird» en 2017, una iniciativa global contra el tráfico ilegal de especies protegidas, en la que el SEPRONA desempeñó un papel crucial, incautando numerosas piezas y especímenes ilegales. Otra intervención significativa fue la desarticulación, en enero de 2025, de una red que introducía ilegalmente en España 40.000 toneladas anuales de residuos urbanos procedentes de Italia, evitando así un grave perjuicio ecológico.
Estas actuaciones, entre muchas otras, han consolidado al SEPRONA como una unidad pionera y esencial en la defensa del patrimonio natural de España.
Las funciones del SEPRONA son amplias y variadas, abarcando diferentes ámbitos de actuación:
El SEPRONA interviene siempre que se detecten actividades ilícitas que pongan en riesgo la integridad de los ecosistemas y la salud pública, actuando de oficio o en respuesta a denuncias ciudadanas.
El SEPRONA continúa demostrando su eficacia en la protección del medio ambiente a través de diversas operaciones recientes:
Estas intervenciones recientes subrayan la dedicación y eficacia del SEPRONA en la protección del medio ambiente y el cumplimiento de las normativas vigentes, consolidando su papel como garante de la conservación de la naturaleza en España.
Si sientes una profunda vocación por la naturaleza y deseas contribuir activamente a su protección, el SEPRONA te ofrece una oportunidad única. A través de las oposiciones Guardia Civil, podrás integrarte en esta unidad especializada y formar parte de un equipo comprometido con la conservación del medio ambiente. Tu pasión y dedicación pueden marcar la diferencia en la preservación de nuestro patrimonio natural. ¡Únete al SEPRONA y sé protagonista en la defensa de la naturaleza!
La preparación para las oposiciones a Guardia Civil es un desafío monumental, tanto físico como mental. A lo largo de este proceso, el estrés puede convertirse en un compañero constante. Sin embargo, la forma en que gestionamos ese estrés puede marcar la diferencia entre el agotamiento y el éxito. ¡Únete a la Guardia Civil este 2025! Con estos consejos prácticos y eficaces para gestionar el estrés y afrontar con calma la preparación para las oposiciones en 2025.
El primer paso para gestionar el estrés es entenderlo. El estrés, en dosis controladas, puede ser positivo: te motiva a estudiar más, a mejorar tu rendimiento físico y a mantener la concentración. Pero cuando el estrés se desborda, puede volverse contraproducente, afectando tu salud mental y física. Los síntomas comunes incluyen insomnio, ansiedad, tensión muscular y pérdida de motivación.
Comprender cómo te afecta el estrés es fundamental. Cada persona reacciona de manera diferente, por lo que es importante que identifiques tus propios desencadenantes. Por ejemplo, algunos opositores pueden sentir ansiedad al ver la magnitud del temario, mientras que otros se estresan al pensar en el examen físico. Conocer tus emociones y reconocer cuándo estás bajo presión te permitirá tomar medidas antes de que el estrés te sobrecoja.
Uno de los mayores factores que contribuyen al estrés en la preparación de las oposiciones es la sensación de que nunca se puede estudiar lo suficiente. La clave está en establecer metas pequeñas y alcanzables. Establecer objetivos a corto plazo no solo facilita la organización, sino que también te permite medir tu progreso de manera tangible.
En lugar de pensar «tengo que estudiar todo el temario», intenta dividirlo en secciones más pequeñas y concretas. Por ejemplo, «Hoy estudiaré la parte de historia de España del temario» o «Esta semana, me enfocaré en la preparación física para el examen». Estas metas claras y específicas no solo te ayudan a mantenerte enfocado, sino que también brindan un sentido de logro al final de cada jornada.
En oposicionesguardiacivilweb.com, proporcionamos materiales y recursos para ayudarte a crear un plan de estudio personalizado que te ayude a organizarte y reducir la sensación de abrumamiento.
La organización es clave para reducir el estrés durante la preparación para las oposiciones. Estudiar sin descanso puede generar agotamiento, ya que la mente solo mantiene niveles óptimos de concentración por períodos limitados.
Implementa la técnica Pomodoro: estudia durante 25 minutos y toma un breve descanso de 5 minutos. Después de cuatro sesiones, haz un descanso más largo de 15 a 30 minutos. Estos descansos son esenciales para mantener la productividad y evitar el estrés.
También es importante incluir actividades que te gusten, como caminar, leer o escuchar música. Estos momentos de desconexión refrescarán tu mente y mejorarán tu rendimiento general.
El ejercicio físico no solo mejora tu salud, sino que también es una de las mejores maneras de reducir el estrés. Durante la preparación para las oposiciones, es crucial mantener el cuerpo en movimiento. El ejercicio regular libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, que ayudan a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
Asegúrate de incluir alguna actividad física en tu rutina diaria, ya sea correr, practicar yoga, nadar o incluso hacer caminatas. Estas actividades no solo mejoran tu rendimiento físico para el examen de la Guardia Civil, sino que también proporcionan una forma de liberar la tensión acumulada por el estudio.
El estrés puede afectar tu apetito, lo que puede llevarte a comer en exceso o a perder el apetito. Esto puede influir negativamente en tu bienestar físico y emocional. Por lo tanto, es esencial llevar una dieta equilibrada que te proporcione la energía necesaria para afrontar tanto el estudio como los entrenamientos.
Incorpora alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos. También es importante mantenerse hidratado, ya que la deshidratación puede aumentar los niveles de fatiga y estrés. Evita el exceso de cafeína y alimentos procesados, ya que pueden provocar fluctuaciones de energía y afectar tu concentración.
Habla sobre tu estrés y busca apoyo
Hablar sobre tus preocupaciones y compartir tus sentimientos con otras personas puede aliviar enormemente el estrés. Puede ser útil conversar con compañeros que también estén preparando las oposiciones, amigos o familiares que comprendan lo que estás viviendo. A veces, compartir tus pensamientos puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva.
Si sientes que el estrés se está convirtiendo en algo más grande que solo una preocupación temporal, considera la posibilidad de hablar con un profesional. Muchos opositores pasan por momentos de ansiedad y estrés severo durante su preparación, y un terapeuta puede ayudarte a desarrollar estrategias efectivas para manejarlo.
La ansiedad en los exámenes es común, pero puedes reducirla preparándote de manera adecuada. Realizar simulacros de examen te permitirá familiarizarte con el formato, el tipo de preguntas y la presión del tiempo. La práctica constante en condiciones similares a las del examen real te dará la confianza necesaria para enfrentar el desafío con calma.
En oposicionesguardiacivilweb.com, ofrecemos exámenes simulados y ejercicios prácticos que te ayudarán a estar preparado para cualquier situación durante el examen.
La preparación para las oposiciones de la Guardia Civil en 2025 es un proceso desafiante, pero con una buena gestión del estrés, puedes enfrentarlo con éxito. Establecer metas alcanzables, organizar tu tiempo, hacer ejercicio, comer bien y buscar apoyo son pasos fundamentales para mantener un equilibrio entre el estudio y tu bienestar personal. Recuerda que no se trata solo de aprobar el examen, sino de estar bien preparado física, mental y emocionalmente. Si sigues estos consejos y te mantienes enfocado, el éxito estará a tu alcance. Visita oposicionesguardiacivilweb.com para obtener más recursos y apoyo en tu preparación.

